Camaras, funcionarios y hasta edificio propio, lleva 12 años abierto en Uruguay sin que sus trabajadores hayan emitido una sola imagen y sin que las autoridades hayan dado una explicación a esta situación.
Cada día, desde las 6 de la mañana, los siete trabajadores del Canal 8 de Melo, localidad ubicada a unos 387 kilómetros de Montevideo, acuden a sus puestos de trabajo sin otra función aparente que controlar los equipos y asegurarse de que su antena repita correctamente la señal de la Televisión Nacional, a la espera de que alguien ordene el reinicio de sus operaciones clausuradas en 1999.
"Durante muchos años el Canal 8 tuvo una transmisión de televisión propia, de carácter público y local. Hace 12 años dejó de emitir, pero se mantuvieron sus instalaciones completas destinadas sólo a repetir la señal de Montevideo", explicó Pedro Saravia, diputado.
"Ahora está deteriorado y nos preocupan los funcionarios, que desde entonces no tienen actividad para realizar", detalló.
Saravia mostró además su extrañeza de que ni el Ministerio de Educación y Cultura ni los responsables del la televisión pública uruguaya "no hayan explicado nunca" el porqué de esta situación ni hayan respondido a las peticiones de los trabajadores para que el canal vuelva a emitir su propia programación.
El parlamentario, del conservador Partido Nacional, definió esta situación como de "ineficacia total" por parte del Estado, que mantiene una estructura y al mismo tiempo incumple "su tarea legal de usar esos medios".
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